Aunque casi nadie habla de la relación entre el cuerpo y las emociones, está comprobado que gran parte de los procesos corporales son un reflejo de nuestras emociones.
Y durante la menopausia todavía más.
Porque la menopausia actúa como una lupa de aumento de todos aquellos asuntos que tenemos pendientes por resolver.
Así que, si hay algo a lo que todavía no has prestado suficiente atención, en esta etapa se va a poner de manifiesto en forma de insomnio, de sofocos, de cansancio, de migraña, de sobrepeso, de ansiedad, etc.
Por eso ahora, más que nunca, escuchar tu cuerpo y hacerle caso puede ser la herramienta más eficaz para sentirte bien.